jueves, 3 de diciembre de 2015

10 Museos mas interesantes del mundo.

1- El Museo del Louvre, en París.


No hay más que mirar cuál es la obra más famosa de este museo para darse cuenta de su importancia: la ‘Gioconda’ de Leonardo Da Vinci. El Louvre cuenta con una de las galerías de arte más importantes de Europa y del mundo, así como con un nutrido grupo de esculturas entre las que se encuentra la famosa ‘Venus de Milo’, otro de los estandartes del museo.


2-El ‘Metropolitan Museum of Art’, en Nueva York.


Con más de dos millones de obras de arte procedentes de todas las partes del planeta, el ‘Metropolitan Museum of Art’ neoyorquino es, sin duda alguna, uno de los museos más importantes del mundo.


3                                     3. El Museo del Prado, en Madrid.



No sólo es uno de las pinacotecas más famosas del mundo, también es la más importantes de España; el Museo del Prado cuenta con una de las mayores colecciones de pintura de todo el planeta. Entre sus muchas obras destacan ‘Las Meninas’ de Diego Velázquez, ‘El caballero con la mano en el pecho’ del Greco o ‘Los fusilamientos del dos de mayo’, de Goya.

4. La ‘National Gallery of Art’, en Washington, D.C.


Una de las galerías de arte más famosas del mundo, la ‘National Gallery of Art’ se encuentra en Washington D.C, en una zona de la ciudad conocida como ‘National Mall’ en la que también se encuentran otro museos de prestigio como el Smithsonian.
                                                  
                                                    5. El Museo Reina Sofía, en Madrid.


El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía cuenta con una de las mayores y mejores colecciones de arte contemporáneo del mundo.

 6. El Museo Británico, en Londres

La ‘Piedra de Roseta’, una colección inigualable de momias egipcias y parte del friso del Partenón, tres de las muchas obras de incalculable valor que alberga el Museo Británico londinense, considerado por muchos historiadores y aficionados al arte como la mejor colección del mundo de su tipo.

7. La ‘National Gallery’, en Londres.



8.  El Museo de El Cairo.


Diseñado en 1902, el Museo del Cairo se creó con la intención de agrupar todas las obras de arte egipcio que se descubrieron a lo largo de la segunda mitad del S. XIX, para así protegerlas y evitar que fueran robadas.

9. Museo Guggenheim, en Bilbao.


Este museo resulta doblemente impresionante. Por un lado por su colección de obras de arte contemporáneo, y por otro por lo inusual y extravagante de su diseño, que corrió a cargo del famoso arquitecto Frank Gehry. 

10. El Museo de Historia Natural, en Nueva York.




Ubicado al lado del famoso ‘Central Park' neoyorquino , el ‘American Museum of Natural History’ es un museo dedicado por entero a la ciencia. Cuenta con una de las mayores colecciones de fósiles de dinosaurios del mundo, que incluye al famoso Tyranosaurio, al Triceratops y al Diplodocus, entre otros.

6

martes, 24 de noviembre de 2015

Construccion y arquitectura en distintos climas

El clima y la edificación


El clima es un elemento de primer orden a la hora de diseñar porque abarca factores como: forma, color, orientación, confort del usuario, iluminación del interior y exterior, acoplacion con la naturaleza, integración con el medio, materiales y localización. La construcción dependerá de lo riguroso o benigno del clima y sus exigencias. Los edificios se consideran como mecanismo del control térmico y ambiental donde el usuario se siente protegido, seguro y bajo efectos psicológicos y físicos aceptables. 

Clima cálido seco.


Se caracteriza por las altas temperaturas durante el día y confortables o frescas durante la noche en verano.


  • Son convenientes ubicaciones que protejan en verano de la radiación solar y de los vientos cálidos: en el interior de bosques (más frescos y húmedos), en áreas geográficas deprimidas (si son zonas muy secas y no tienen problemas de frío y humedad en invierno) y en zonas cercanas a masas de agua, ya que refrescan el ambiente al evaporarse.
  • La exposición a la radiación solar puede reducirse mediante asentamientos compactos e incluso semi-enterrados, generando sombras proyectadas de unas superficies sobre otras, pintadas de colores claros para reflejar los rayos solares.
  • Al producirse una gran oscilación de temperaturas día-noche, se utilizan materiales de gran inercia térmica para retrasar la entrada de calor diurno al interior. Los aislamientos colocados en la cara exterior de la obra aseguran que sólo una pequeña parte del calor exterior atraviese la piel del edificio hasta su interior, mientras que la masa interior absorberá el calor generado en el interior del edificio para liberarlos por la noche, cuando la temperatura es más baja.
  • La inclusión de patios, con presencia de agua y plantas para humidificar el ambiente, facilita el almacenamiento del aire fresco de las noches.
  • Es necesario evitar una excesiva permeabilidad al aire caliente diurno en verano. Las aberturas al exterior, pocas, pequeñas y protegidas mediante voladizos, persianas o vegetación, se cierran en las horas de más calor y se abren por la noche al aire fresco.

    Clima cálido húmedo.



Se caracteriza por las altas temperaturas diurnas y nocturnas en verano y por su elevada humedad ambiental.




  • Es necesaria una fuerte protección frente a la radiación directa y difusa: persianas, celosías, voladizos… pero más importante es garantizar una buena ventilación diurna y nocturna que aumente la sensación de bienestar.
  • Para aumentar el confort de verano en estos climas se ha de aumentar la velocidad del aire que incide sobre los ocupantes, por su efecto refrigerante directo y por el enfriamiento derivado de una evaporación más rápida del sudor. La disposición de los edificios, alargados y estrechos, con un factor de forma elevado y con aberturas importantes, no debe crear barreras al paso de los vientos suaves.
  • Las edificaciones poco asentadas en el terreno favorecen la circulación de aire y, en consecuencia, la disminución de la humedad. Por lo tanto, son aconsejables los emplazamientos elevados porque proporcionan mayor posibilidad de ventilación. En climas muy húmedos es recomendable la construcción separada del terreno (palafitos) para obtener una mayor exposición de las brisas.
  • En zonas muy húmedas no se recomienda ubicaciones cercanas a bosques, ya que aumentan la humedad ambiental y obstaculizan el paso del viento. Por el contrario, las ubicaciones próximas al mar son aconsejables, mientras que las cercanas a ríos o lagos deben garantizar las corrientes de aire que eviten el estancamiento de la humedad.
  • Las formas dispersas (poco compactas) facilitan las posibilidades de ventilación, al mismo tiempo que aumentan la refrigeración nocturna por la mayor superficie de radiación a la bóveda celeste durante la noche.
  • Los retranqueos en fachada pueden ser convenientes, pero si son excesivos y no están convenientemente diseñados, pueden provocar el estancamiento del aire en algunas áreas, impidiento el control del calor y la humedad.
  • Las cubiertas y fachadas sobrepuestas y ventiladas ayudan a refrigerar el edificio.
  • La inercia térmica no supone siempre una ventaja, ya que son muy reducidas las variaciones de temperatura día-noche y entre estaciones.
  • Es necesario favorecer la circulación del aire mediante huecos de ventilación. Para ello se colocarán las aberturas en fachadas opuestas (soleadas y en sombra), o en diferentes plantas para favorecer el tiraje térmico (sótano-bajo cubierta), siendo aconsejable la inclusión de corredores.
  • Las grandes alturas interiores permitirán la estratificación del aire caliente.
  • Es conveniente elegir colores claros y superficies rugosas en fachadas y en cubiertas.                                                               
                • Clima frío.
                • Caracterizado por sus temperaturas bajas en invierno y suaves o frescas en verano.
                  • Las edificaciones se agrupan, protegiéndose mutuamente del viento, o se entierran. Son construcciones compactasherméticas y fuertemente aisladas, con el mínimo de superficie expuesta al frío exterior para mantener el calor generado en el interior. Sin embargo, cuando el grado de radiación solar lo permita, es fundamental propiciar el asoleo de los edificios, protegiéndolos al mismo tiempo del frío exterior.
                  • La edificación debe situarse en laderas orientadas a sur y protegidas del norte, por ejemplo, mediante la vegetación, que puede actuar como pantalla de protección frente a los vientos fríos.
                  • Las ubicaciones próximas al mar pueden ser aconsejables porque suavizan las temperaturas, mientras que las cercanas a ríos o lagos pueden provocar el estancamiento de la humedad con el consiguiente aumento de la sensación de frío y la aparición de nieblas que interfieren la radiación solar.
                  • Un buen grado de asentamiento en el terreno proporcionará al edificio mayor inercia térmica, estabilizando temperaturas y protegiéndolo del frío exterior, pero en ningún caso debe entorpecer la posibilidad de radiación solar ni provocar el aumento de humedad.
                  • En general, debe reducirse la superficie de las fachadas expuestas al viento, así como el número y tamaño de sus huecos. Aunque debe favorecerse la entrada de radiación solar, hay que valorar las pérdidas energéticas que una excesiva permeabilidad de su piel provocaría en el edificio.
                  • El grado de compartimentación aconsejado está directamente ligado al tipo de clima: en los fríos se recomienda una alta compartimentación de las estancias, ya que permite un control de temperaturas diferenciado.
                • Climas templados.


              • Son climas complejos, ya que es una combinación de los anteriores en diferente grado. Uno de los más representativos es el clima mediterráneo (templado-cálido-húmedo, con verano seco) que presenta tres variantes: continental, marítimo y de montaña. Por ello, estas directrices generales deben ser ponderadas en función de los parámetros de los climas más definidos (cálido o frío).
                • En climas mediterráneos continentales son aconsejables las aberturas a sur que permitan el aprovechamiento de la energía solar en invierno, siempre que dispongan de protección solar en verano y aislamiento (por ejemplo, contraventanas interiores) para las épocas frías. Debe facilitarse la ventilación selectiva (en noches estivales), pero sin descuidar la incidencia de los vientos fríos invernales.
                • La inclusión de masa térmica interior facilitará la absorción del exceso de calor diurno interior, por lo que es recomendable la colocación del aislamiento por la parte exterior de los cerramientos soleados. En cerramientos sin posibilidad de captación en invierno, el aislamiento interior facilitará su calefacción mediante energías añadidas.
                • En climas mediterráneos marítimos lo principal es protegerse del frío y la humedad en invierno u del calor en verano. Por lo tanto, debe facilitarse la entrada de sol en épocas frías y dificultarlas en épocas calurosas (mediante aberturas protegidas a sur), evitando en lo posible las orientaciones este y, sobre todo, oeste por el exceso de radiación que reciben en verano. La superficie y disposición de aberturas (a orientaciones frescas) debe facilitar la ventilación continuada en esta época. Las cubiertas y fachadas sobrepuestas y ventiladas refrigeran el edificio en verano, pudiéndose crear cámaras estancas en invierno. La inclusión de inercia térmica interior no es tan importante como en los climas continentales, aunque sí recomendable en muchos casos, sobre todo en zonas con posibilidad de captación solar en invierno.
                • En climas mediterráneos de montaña lo principal es protegerse del frío. Por lo tanto, se recomiendan las edificaciones compactas, protegidas de los vientos dominantes y con un buen nivel de aislamiento. Es aconsejable el aprovechamiento de la energía solar mediante la incorporación de ventanales a sur que deben protegerse durante la noche mediante aislamiento interior.
              • La planificación urbanística.

              • Una buena planificación urbanística debería asumir los parámetros climáticos de la zona (asoleo, temperatura, humedad relativa, vientos dominantes), beneficiándose o protegiéndose de ellos a través del diseño, tanto del trazado de calles como de la ordenación de la edificación o la disposición de zonas verdes.
                • Los vientos fuertes y los portadores de lluvia deben evitarse, mientras que los suaves pueden contribuir a la ventilación durante el verano. En todo caso, la utilización adecuada de los vientos dominantes debe considerar la relación entre las zonas residenciales y las industriales.
                • En general, para climas cálidos y húmedos, se aconseja ordenaciones en manzanas que permiten la edificación lineal en el eje este-oeste, con la mínima exposición en testeros a poniente y la máxima a sur, facilitando la ventilación cruzada a norte. La refrigeración, favorecida por las brisas en verano, será más acusada en los edificios de mayor altura convenientemente distanciados, ya que hay que considerar su efecto barrera a la ventilación y asoleo de otros edificios vecinos.
                • En climas cálidos y secos, donde es aconsejable un factor de forma bajo, así como protegerse del aire caliente exterior, no se recomienda la edificación en altura, pero sí una vegetación adecuada (caduca o perenne) que hará aumentar la humedad ambiental y disminuir la temperatura. Se recomienda, pues, la manzana rectangular en el eje este-oeste y patio interior con abundante vegetación. La orientación a poniente puede dedicarse a usos que no requieran un confort especial (aparcamiento…).
                • En climas fríos, donde lo primordial es protegerse de los vientos nórdicos y las bajas temperaturas, se evitarán edificios demasiado expuestos, procurando evitar los vientos dominantes mediante el trazado irregular de calles y la disposición de masas forestales que actúen de pantalla frente a éstos. La ordenación en manzanas debería presentar un frente mínimo a norte y el máximo a sur, creando espacios soleados y protegidos del aire frío y cuidando al mismo tiempo la incidencia de sombras proyectadas de unos edificios sobre otros.